Qué tal. Aquí Víctor, de Escribe⌨️
Es posible que si estás leyendo esto te hayas enfrentado a presentar un texto de actualidad como parte de tu trabajo.
O quizá te hayas informado por medios periodísticos sobre algunos temas para adaptarlos a tus contenidos.
O puede que, como yo, seas directamente periodista o hayas trabajado como tal.
El periodismo es un campo del que he sacado muchas enseñanzas, pero también otros tantos desencantos.
En cualquier caso, hoy eso da igual.
En la edición de hoy me gustaría poner la lupa en uno de los muchos aspectos que la actual crisis del sistema de medios. Uno que creo que se suele pasar por alto.
Es este⤵
Los medios vivían de ser una ventana hacia muchos propósitos. Ahora solo lo son para uno.
Porque sí, hay una enorme pérdida de credibilidad en los medios. Las personas preferimos informarnos ya muchas veces por medio de alguien con cara y ojos que por una gran cabecera. Y ahí es donde han surgido alternativas como las que proponen Substack, la evolución de los antiguos blogs.
Pero el otro gran problema del negocio de los medios es una brecha muy simple: Antes quien compraba un diario lo hacía con la promesa de que le entretuviera durante todo el día.
Podía leer las noticias, hacer el crucigrama, enterarse del tiempo, de los pisos que venden en su ciudad y, aún más, utilizar el papel para hacer una barbacoa.
Ahora, quien entra en una edición digital, suele ser para dar un vistazo rápido.
Y eso se debe a que se han desgajado algunos de sus servicios anexos.
Y todos esos servicios, como digo, ahora les han sido amputados:
Antes los medios ofrecían información → Algo disponible ahora en internet 24/7
Los medios tenían pasatiempos → Ahora hay mil juegos que puedes probar, incluyendo mil plataformas de sopa de letras, si es lo que te gustaba.
Anuncios de compra y venta, como los que antes se veían en la sección de clasificados. → Wallapop ha cubierto ese nicho
Y podías hasta saber el tiempo → Antes el periódico nos contaba qué tiempo hacía y otras tantas cosas. Ahora es un básico para todos.
Y así con decenas de micronichos, como la cartelera del cine, la agenda cultural de la ciudad, o las propias páginas de oferta de empleo o de contactos.
Vamos, que el negocio de los medios no solo ha tendido a la baja como tanto se pregona, sino que como servicio también ha perdido muchas, pero que muchas, hectáreas de terreno.
Eso ha derivado en que la hegemonía de la información cambie de un sitio a otro con mucha más rapidez. Ahora puedes escribir en grandes medios, pero con las orejas levantadas para ver qué pasa fuera de verdad.
Y también puedes escribir fuera de ellos y hacer la misma labor, pero con las orejas aún más levantadas para estar atento a las distintas formas en la que escribir bien sigue siendo una habilidad extremadamente demandada y valiosa, aunque todo el contexto haya cambiado.
Si trabajas con palabras, puede que te hayas dado cuenta de que el único camino es mejorar de forma continua en este entorno tan cambiante. Para eso, y sacar punta a tus destrezas escribiendo, está el Club Escribe PRO.
→ Únete y levanta las orejas. Puedes probar y darte de baja cuando quieras.