Admiro a Neil Gaiman, como casi todo el mundo que ha leído algo suyo. Y eso que tengo algo de tirria a los ingleses. Su forma de unir referencias mitológicas, leyendas urbanas, historias cercanas y humor, me parece sublime.
Si aún no lo has hecho, antes que Sandman, donde te puedes perder con sus muchas historias, te recomiendo empezar con Good Omens (escrita junto con Terry Pratchett) o American Gods. La primera es una comedia y la segunda podemos describirla como un viaje del héroe donde el protagonista no es el héroe. Ambas cuentan con series de televisión, por cierto. Las dos en Prime Video, pero te animo a leer antes al menos una de ellas.
Cuando uno se adentra en los escenarios y, sobre todo, los puntos de partida que propone Gaiman, viene la pregunta:
¿Cómo se le ocurrirán estas ideas?
Y parece que todo el mundo se la hace cuando se cruza con él. En una ocasión el autor británico comentaba que todas las profesiones tienen lo suyo: a los médicos acude todo el mundo fuera de su trabajo para preguntarles por algo que les pasa, a los abogados para consultar temas legales... y a los escritores, para preguntarles de dónde sacan sus ideas.
Durante un tiempo, Gaiman salía por la tangente con respuestas como: "Conozco una tienda muy buena donde las compro muy bien de precio, ya te pasaré la tarjeta" o "las recojo de un árbol que tengo plantado en el jardín de casa".
De una de esas respuestas, de hecho, surgió la idea del relato de Calíope, donde cuenta cómo un escritor abusa de una musa que le ofrece ideas sobre qué escribir.
Hasta que un día fue su hija, entonces con 7 años, la que le pidió que acudiera a su clase para explicar a sus compañeros cómo era su trabajo.
En el aula, "observado por 50 ojos infantiles", cuando la profesora le hizo la pregunta —porque los niños seguramente no serían tan tontos como para perder el tiempo haciéndosela, a fin de cuentas, ellos tienen ideas asombrosas todo el rato— no pudo mentir ni inventarse nada.
"Solo sé que están fuera de mi cabeza", dijo para empezar. Gaiman animó a los niños a leer, a jugar y a no tener miedo a aburrirse. Después, afinó esa respuesta para dejarla escrita para los mayores.
Su conclusión era esta:
«Sacas las ideas de soñar despierto. Y sacas ideas de estar aburrido. Las ideas te vienen todo el tiempo. La única diferencia entre los escritores y el resto de la gente es que nosotros lo advertimos cuando lo estamos haciendo»
Además, también coincidía como muchos otros autores en que las ideas no son lo realmente importante. Lo es más "sentarse todos los días a escribir o trabajar para crear personajes creíbles. Eso sí que es complicado".
✑ El pequeño truco de Neil Gaiman
Pese a esto, Gaiman sí que comenta un atajo que a veces le ayuda a exprimir su cabeza para encontrar ideas.
Es simple: Hacerse preguntas que empiezan por "¿Y si...?"
¿Y si tuviéramos alas?
¿Y si llegara el Día del Juicio Final y estuviéramos en manos de dos funcionarios del cielo y el infierno muy acomodados por el paso de los siglos sin apenas trabajo? (Good Omens)
¿Y si los antiguos dioses ahora siguieran existiendo pero estando casi en la mendicidad? (American Gods)
¿Y si estuvieras dentro del Club Escribe?
Vale, este último 'y si' no lo dijo Gaiman, te lo digo yo.
En el Club Escribe PRO tratamos fórmulas para capturar ideas, trabajarlas en nuestro coco y, después, ponerles lo más fácil salir de nuestras cabezas bien plantadas.
También trabajamos para que nuestros proyectos de escritura y creación de contenido sean cada vez más potentes y creemos más con menos esfuerzo.
Y lo hacemos explorando rutinas, ejemplos de autores como este de Gaiman a fondo, plantillas de Notion y estando a la vanguardia en el uso de herramientas. Sí, también con IA.
➥ Lo bueno es que descubrir dónde te llevaría ese "y si..." solo está a un clic y menos de lo que cuesta un café malo en el Starbucks de distancia.
El clic puedes hacerlo ya aquí.
O espera... ¿Y si subo el precio del Club Escribe?
Cada vez tengo más claro explorar ese "y si" por todos los recursos que ya hay y la comunidad que se está formando.
Que tengas muy buen día.
Nos escribimos.
Víctor
Esta edición tiene 837 palabras y he tardado 43 minutos en escribirlas y 7 en editar el mail... Aunque antes ha habido innumerables paseos con mi perro Vito. Un momento... ¿Y si Vito fuera en realidad Anubis jubilado, reencarnado en un podenco y viviendo en Valencia? 🐕 .